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De Alertas y Mindfulness.

Inicio sesión en facebook, instagram, zoom, seesaw y linkedln. Leo y planifico desde Google Drive. Recibo notificaciones del correo, youtube, whatsapp y telegram. Leo y vuelvo a escribir. Mientras reviso por el rabito del ojo los mensajes que llegan. Más de 5 ventanas están abiertas en la pc. Creo que nunca había estado tan "conectada". La mente parece una autopista y las ideas van a toda velocidad, como carros en la fórmula uno. El tiempo también parece ir a millón. En pleno proceso "productivo" y creativo, el cuerpo hizo una llamada de alerta, reclamó. Se sintió abrumado, estrecho y oprimido. Una sensación de angustia se me clavó justo en el centro del pecho. Necesitaba parar. Necesitaba los pies descalzos en la tierra, oler la lluvia, cerrar los ojos y respirar mucho... Y eso fue lo que hice. Respiré mucho, profundo y lento. Una mano en el vientre y la otra en el pecho para acompañar el vaivén del aliento, para sentirme. Volví... Estos tiempos
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Francamente...

Este tramo del camino, se llama: Re-descubriéndome... 1. He cambiado pero me he resistido a aceptarlo. Tras cada acontecimiento que nos afecta, el cuerpo físico, mental, emocional se re-configura para adaptarse a la nueva situación. Es un principio vital de supervivencia. En ocasiones, los cambios nos hacen contactar con versiones de nosotros que son incómodas o que rechazamos, pero que son necesarias para seguir evolucionando. Así que toca hacer las paces con esas versiones, aceptarlas, entender las raíces y trabajarlas (si así lo ameritan) amorosamente y con paciencia. 2. No importa donde esté, ni lo que pase, mi propósito está claro: servir con amor y entrega. Eso le da sentido a mi vida. Poner al servicio de otros lo que he aprendido, ser instrumento para el bien y sentirme útil. 3. Tengo mucho amor para dar, pero no soy toda bondad. Hay momentos en los que siento rabia, tristeza, y ganas de dar unos cuantos boletos (sin retorno) al mismísimo carajo. Y saben qué? No quiero di

Cuando el amor es condicionado en la Familia.

El amor no puede corromperse utilizado como una forma para manipular. Rotundamente NO! Pero lamentablemente así pasa y desde las fuentes más cercanas que conocemos al nacer: LA FAMILIA. Es muy común, escuchar en el ámbito infantil: "Con ésa actitud nadie te va a querer"", "sé una niña educada (bien portada, calladita, respetuosa) para que te quieran", "si me das un beso te doy un caramelo". Así como en las esferas de los adultos es muy común también sentir (aunque no lo digan directamente) que si no estudias lo que "deberías" estudiar, si no sigues la tradición familiar, si cambias de religión, si amas a una persona del mismo sexo, si no cumples con las expectativas, proyecciones y deseos de las personas importantes en tu vida, entonces el medidor del amor va en caída.  Entonces, por no herir el ego de los padres y demás figuras de autoridad en la familia, y para no sentirse rechazados y condicionados desde el amor, muchas personas

No pongas el candado!

Solemos poner candado al corazón, cuando “fracasamos” en una o más relaciones. Creyendo que el amor bonito y complementario no es para nosotros. Al volvernos inseguros, pasamos la llave y nos obligamos a endurecernos y hasta volvernos incrédulos y cínicos en cuanto a las relaciones. Obviamente de la boca para fuera, porque por dentro seguimos anhelando hacer match con otra persona, ser aceptados, valorados y amados sin tanto drama novelero de por medio. La cosa está, en que luego de una o varias rupturas (sea cual sea la razón) nos cuesta encontrar la raíz que nos lleve a entender, por qué repetimos los mismos patrones de conducta o por qué elegimos el mismo perfil de relaciones; Y es justo allí, donde se tranca el juego pues, comenzamos a inventar hipótesis que poco cercanas son a la realidad. Y en lugar de revisar, profundizar en nuestra historia personal para sanar las heridas abiertas, vamos cerrando puertica tras puertica, dejando sin resolver lo que es vital para avanzar.

Dejar ir y Sostener...

Con frecuencia me descubro diciéndole a los alumnos de yoga o meditación: "suelta", "deja ir", "desecha", con el fin de que liberen aquellas ataduras que les impiden superar ciertas situaciones o acercarse un poco más a su verdad esencial. Pero últimamente, me cosquillean algunas preguntas en la cabeza: ¿Hasta qué punto es bueno soltar? ¿Hay que soltarlo todo, desde el primer momento? ¿Y si sostengo, en vez de soltar? ¿Cuándo sostener y cuándo soltar? Y dadas estas preguntas, surgieron las siguientes reflexiones: 1. Aprender a soltar, implica un profundo ejercicio de desapego y por ende menos sufrimiento. Cuando desde la observación sin juicios, identificamos una situación que reincidente o no, nos produce dolor/rabia/ansiedad/miedo, podemos entrenar para evitar engancharnos y quedar atrapados y colonizados por la emoción. Bajo la premisa de que: NO SOMOS lo que pensamos, NO SOMOS lo que sentimos. 2. Dejar ir, nos permite crear nuevos espacios

Mujeres: vinimos a compartir no a competir!

Siempre me ha parecido curiosa, la manera en cómo las mujeres nos miramos en la calle. De reojo o de abajo a arriba, cual especie de scanner detallando el outfit o la figura. Pero ojalá esa forma (un tanto despectiva) se quedara únicamente en el escenario físico y no fuese el reflejo de los pensamientos que pasan por nuestra cabeza, cada vez que nos topamos con otra mujer... Estamos tan inmersas en esta jungla de competencias y caretas, tan atadas a nuestras inseguridades que terminamos proyectándonos en las otras, desde la carencia y lo que quisiéramos hacer o ser con libertad. Nos hemos dado muy duro entre nosotras, y siento que es tiempo de recuperarnos como tribu, como hermanas, como apoyo, como puentes... Nos invito a que practiquemos algunos de estos ejercicios o todos, para reconocernos desde la complementariedad, desde esa esencia hermosa, creadora y nutritiva que traemos por ser Mujer! 1. Observa (sin juicio), acepta y perdona tu sistema nuclear femenino. Madre, abue

Efecto acumulativo de las pequeñas decisiones.

Todo el tiempo estamos decidiendo, pero ponemos el foco (para bien o para mal) sobre las grandes decisiones. Sin  darnos cuenta que las pequeñas representan un efecto acumulativo poderoso, porque crean las estructuras que sostienen nuestras formas de hacer, sentir y ver el mundo. Esas pequeñas y casi insignificante elecciones, constituyen la magia detrás del telón, o tal vez la parte gruesa, ancha y oculta del iceberg. Enfocarnos en ellas con cuidado, nos ayudaría muchísimo a auto gestionarnos para ser genuinamente felices. El efecto acumulativo y prolongado de las decisiones chiquitas, a menudo se oculta en el distanciamiento (y la poca consciencia) de quien somos, lo que queremos, lo que pensamos, lo que decimos. Sintiéndonos desequilibrados y hasta perdidos aun cuando aparentemente todo parece marchar bien. Por eso te invito a prestar más atención en las decisiones pequeñitas que tomas todos los días respecto a los siguientes aspectos, para que sientas el efecto